Tan fugaz, pero tan real. Inesperado.
Así como llegaste, te has ido. La experiencia más corta, pero también la más grata.
No estás, pero no tengo nada que reprocharte.
Todo ha sido perfecto y ha durado lo necesario.
Porque el tiempo, que aunque se nos escapó rápidamente de las manos, no pudo evitar la unión espiritual de tu cuerpo con el mío. Esa conexión etérea y poderosa, que jamás podré explicar ni repetir.
Tan rebelde y tan auténtico. Nunca conocí a alguien como tú.
Que fue tan fácil sentir que te conocía desde siempre y, a pesar de ello, mantener el nerviosismo de todas las primeras veces.
Tan auténtico, tan único.
Hasta las palabras de otros han sido más sinceras en tus labios.
Tus brazos han sido un lindo y cómodo refugio para el frío invierno.
¿Cómo dudar de ti si me has entregado todo en días?
Que el tiempo que nos cuesta a los mortales confiar en alguien, tú lo hiciste trizas, te burlaste de él y me enseñaste que tan sólo es otro mito humano para justificar el miedo.
Nos hemos saltado todos los pasos de ese proceso tonto de querer a alguien. ¿Quién podría entonces atreverse a decir que no hemos sido reales?
Tan mío y tan de nadie. Tan tuya y tan independiente.
Has dejado una marca imborrable, irreversible.
Ahora es la vida antes y después de ti.
Sí tuve que ser fuerte para verte partir, pero he sido fuerte mucho tiempo y esta vez no hay tristes recuerdos, sólo hermosos anhelos.
Que verte de nuevo es incierto, pero crea esperanzas.
Que esperar que no me olvides es inseguro, pero da pie a tener fe.
¿Y qué más da si hemos de ser cosa de un momento? Al menos ahora tenemos a alguien con quién soñar.
Así como llegaste, te has ido. La experiencia más corta, pero también la más grata.
No estás, pero no tengo nada que reprocharte.
Todo ha sido perfecto y ha durado lo necesario.
Porque el tiempo, que aunque se nos escapó rápidamente de las manos, no pudo evitar la unión espiritual de tu cuerpo con el mío. Esa conexión etérea y poderosa, que jamás podré explicar ni repetir.
Tan rebelde y tan auténtico. Nunca conocí a alguien como tú.
Que fue tan fácil sentir que te conocía desde siempre y, a pesar de ello, mantener el nerviosismo de todas las primeras veces.
Tan auténtico, tan único.
Hasta las palabras de otros han sido más sinceras en tus labios.
Tus brazos han sido un lindo y cómodo refugio para el frío invierno.
¿Cómo dudar de ti si me has entregado todo en días?
Que el tiempo que nos cuesta a los mortales confiar en alguien, tú lo hiciste trizas, te burlaste de él y me enseñaste que tan sólo es otro mito humano para justificar el miedo.
Nos hemos saltado todos los pasos de ese proceso tonto de querer a alguien. ¿Quién podría entonces atreverse a decir que no hemos sido reales?
Tan mío y tan de nadie. Tan tuya y tan independiente.
Has dejado una marca imborrable, irreversible.
Ahora es la vida antes y después de ti.
Sí tuve que ser fuerte para verte partir, pero he sido fuerte mucho tiempo y esta vez no hay tristes recuerdos, sólo hermosos anhelos.
Que verte de nuevo es incierto, pero crea esperanzas.
Que esperar que no me olvides es inseguro, pero da pie a tener fe.
¿Y qué más da si hemos de ser cosa de un momento? Al menos ahora tenemos a alguien con quién soñar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario